martes, 16 de septiembre de 2008

CONSTITUCIÓN E HISTORIA PATRIA

Una historia plagada de dictaduras

El siglo XIX estuvo inmerso de montoneras y caudillos. Revoluciones por doquier. Cualquier jefe local de una región se levantaba en armas y pretendía tomar el poder. En muchas localidades no llegaba el orden público. Venezuela vivió en una gran pobreza durante el siglo decimonónico. Constituimos una nación plagada por el analfabetismo. Sin vías de interconexión. Ni comunicación fluida entre el poder central y quienes contenían a los caudillos regionales.
Después de Bolívar, los que han jugado un papel protagónico en la independencia, quieren imponerse por la fuerza. No hacen caso a autoridad, ni ha ley alguna. En muchos lugares del país reina el caos. Pocos hombres concentran el poder en el siglo XIX. Páez, el hombre fuerte, sustituye al libertador, su prestigio personal no basta y debe retomar las armas para imponer la paz. Lo sucede como caudillo otro hombre de armas el general José Tadeo Monagas, quien gobierna prácticamente sin ley, después de bañar de sangre al Congreso Nacional. Zamora alzado es el gran jefe de la guerra federal, donde nos ensangrentamos nosotros mismos. Muerto asume su cuñado el general Falcón. Vuelve de manera breve los Monagas y Guzmán Blanco es quien se impone en el mando. Lo sobreviene el último caudillo militar de finales de siglo XIX Joaquín Crespo, quien muere luchando cuando el mocho Hernández se alza contra el fraude electoral.
El siglo XX venezolano había comenzado con el ascenso de los andinos al poder. Cipriano Castro encabezando a los sesenta aventureros que partieron desde las fronteras con Colombia llegó triunfante a la capital. Al poco tiempo su proclama de “nuevos hombre, nuevos ideales, nuevos procedimientos” solo significó que quienes habían sido aislados del ejercicio del poder durante el siglo XIX se asían del mismo para vengar sus rezagos.
Castro gozaba de una personalidad inflamada. Su hiperactividad física y verbal y sus excesos hedonísticos lo consumieron. Gozó de una formación interesante. Había estudiado para ser sacerdote en el seminario Colombiano más importante de la frontera. En los andes desde tiempos inveterados los hijos por tradición van directo a la milicia, a la política o a la iglesia. Y durante el siglo XIX y principios del XX política y fuerza armada eran equivalentes. Definitivamente, la de Cipriano Castro era una vocación de poder. Seguidor de Andueza Palacios, durante la revolución legalista se opuso a los crespistas en los andes y tuvo que refugiarse siete años en Colombia junto a Gómez. Más tarde al sentirse humillado por quienes ejercían el poder en Caracas, se dispuso a aprovisionar un ejercito, invadir la capital y con su revolución liberal restauradora controlar el poder. En una especie de huida hacía adelante, ya que perdió varias de sus primeras batallas, continuó hacia la capital y en el trayecto se le fue sumando la población. Ante su cercanía, al llegar al estado Carabobo, el presidente Andrade resolvió abandonar el poder ante la traición de sus propios ministros y el pánico que generaba el entablar con los andinos una confrontación armada.
Memorable de Castro son sus palabras y accionar frente al boqueo de las potencias europeas “la planta del extranjero a profanado el suelo sagrado de la patria”. Hasta el legendario Mocho Hernández salio de la cárcel para incorporarse al gabinete ministerial. Después de enemistarse con las potencias europeas de la época, en 1908 terminó rompiendo relaciones hasta con los EE.UU.
Al presidente Castro lo sucedió su compadre y vicepresidente Juan Vicente Gómez, quien produjo un golpe de estado artero cuando el presidente se operaba en Alemania. Gómez gobernó el país como le dio la gana hasta su muerte. No necesito en sus veintisiete años de supremacía ni siquiera ser siempre el titular del mismo. Si a los veintisiete años se le suman los ocho como vicepresidente tuvo treinta y cinco disfrutando de lo que llaman “las mieles del poder”. El poder viajó con Gómez hasta Maracay, donde se estableció durante un buen tiempo. Hasta los representantes diplomáticos de las naciones extranjeras viajan a Maracay para profundizar las relaciones. La política de Gómez en materia internacional la antitesis de la de Castro. Apenas dio el golpe a Castro empezó a reconciliar al país con los grandes centros del poder mundial. Internamente llevo a cabo la política que definió como “unión, paz y trabajo”, pero que en definitiva se tradujo como argumentaron sus adversarios en unión en las cárceles, paz en los cementerios y el trabajo forzado, que en las carreteras practicaban encadenados sus opositores. Gómez modificó la constitución en siete oportunidades para adaptarla a sus necesidades políticas y dejar formalmente el poder a Victorino Márquez Bustillos, Juan Bautista Pérez o a Gil Fortoul. En una oportunidad dejando al encargado de turno Gómez se mudo juntó a su familia a la otra acera de Miraflores, la ciudadanía que pasaba frente al Palacio acuño el estribillo que relataba: “aquí vive el Presidente, el que manda vive enfrente”.
Dos anecdóticas recepciones nos ilustran sobre la personalidad de Gómez. Al comenzar su mandato los principales jefes del partido liberal lo homenajearon invitándolo a una elegante recepción en su honor. A la hora del brindis el parco presidente lo hizo en nombre de la unión, dejando claro que no se sometería a ningún intento de revivir partidos. En otra dispusieron sus gigantes iniciales en la entrada de la mansión donde se efectuaría la reunión. Gómez dejó claro que las siglas J.V.G significaban un Juro Vivir Gobernando tal como sucedió. Fue un tiempo donde mencionar la palabra “general”, sin decir su nombre, bastaba para generar terror. Gómez para gobernar sin complicaciones pacto con el poder económico nacional e internacional e hizo de la fuerza armada una guardia pretoriana. Frente a la confrontación generada por su antecesor ante las grandes potencias, resolvió darles carta blanca en Venezuela para que incluso fueran las que redactaran las primeras leyes petroleras.
Al morir Gómez, su sucesor natural al ocupar la cartera de Guerra y Marina, Eleazar López Contreras, quien era del grupo de los sesenta que se habían venido desde el Táchira con Castro, cambio el rumbo hegemónico. Al reformarse la Constitución se restituyó la prohibición de la reelección continua e inmediata y su periodo constitucional se redujo de siete a cinco años. Su plan trienal de febrero de 1936 y la creación de la oficina nacional del trabajo significo un reconocimiento de la necesidad de abordar el problema social en Venezuela.
De López el ejecutivo pasó a manos de Medina Angarita, quien a pesar de dar rienda suelta a la legalización de los partidos políticos y a las libertades públicas no pudo concluir su mandato. El año de 1945 cuando finalizaba su periodo constitucional, al reformar la constitución no tomo en cuenta el clamor del pueblo, que era el que se le diera el poder del sufragio, para a través del voto universal escoger al Presidente de la Republica. De la misma manera, el embajador Diógenes Escalante que tuvo el consenso de los factores políticos para sustituir a Medina enloqueció de manera súbita y el país se dividió cuando el presidente nombró al ministro de agricultura como su candidato. Emergió la generación del veintiocho compuesta por aquellos estudiantes que se le habían levantado frente a Gómez, en unión de una logia militar joven que se oponía a continuar bajo el mando de los llamados “chopos de piedra”, militares viejos, sin ninguna cultura académica.
El trienio de la revolución de octubre interrumpió la hegemonía andina. Rómulo Betancourt con tan solo treinta y siete años controló el poder y convirtió a su joven partido en un gigantesco movimiento de masas. El carácter sectario partidista del mismo le ganó muchos enemigos al régimen. Un gran logro del periodo fue la Constituyente de 1947 y la constitución que brotó de su seno al tomarse en cuenta por primera vez en un instrumento de esa naturaleza los derechos humanos: económicos, sociales y culturales. Al prohibirse que cualquiera de los miembros de la junta de gobierno aspirase a la presidencia, postulan al maestro Rómulo Gallegos, que había sido candidato simbólico contra el presidente Medina por parte de Acción Democrática, recibiendo ahora más del 70 por ciento de la votación popular. Por primera vez, se llegaba al poder de manera limpia mediante el sufragio universal. Desde sus primeros momentos Acción Democrática se constituyo como un partido político lleno de grandes figuras: el escritor y maestro más importante del país Don Rómulo Gallegos, el poeta popular Andrés Eloy Blanco, Sojo el maestro de la música, el líder magisterial Luís Beltrán Prieto Figueroa, y el organizador, político, periodista e historiador Rómulo Betancourt entre otros. Figuras muy cercanas al partido fueron los mártires de la resistencia contra Gómez Alberto Ravell y José Rafael Pocaterra, y uno de los abogados más prestigiosos de la capital el Doctor Carlos Morales. A.D. nació como partido de notables, con grandes figuras, como siempre habían surgido las organizaciones partidistas en Venezuela. De la misma manera, gracias al prestigio del académico y escritor Rafael Caldera, se produce la fundación de COPEI que aparece como uno de los partidos que emergen con la revolución de Octubre. Rafael Caldera aglutina en muy poco tiempo figuras de gran prestigio en todo el país entre los que se encuentran: el gran pedagogo zuliano Nectario Andrade La Barca, el galeno Don Pedro del Corral, los abogados Godofredo González y “el negro” Pérez - Díaz. El moviendo socialcristiano se hace de las multitudes en los andes. Entre otros se incorpora Patrocinio Peñuela. Los viejos partidos de la región el azul y el amarillo, mezclan sus colores que producen el verde, y COPEI crece con gran vigor en los estados Mérida, Táchira y Trujillo. Los partidos restantes con significación son Unión Republicana Democrática (URD), que lidera tras su incorporación Jovito Villalba, y el partido Comunista de Venezuela, con los hermanos Machado, Gallegos Mancera y Miguel Otero Silva, organización que nunca obtiene un sentido respaldo popular.
El año de 1948 significó la elección popular y caída del maestro Rómulo Gallegos. Tan solo ocho meses pudo mantenerse en el poder. A lo largo del siglo XIX y del XX los civiles habían sido la excepción en el ejercicio de la presidencia de la republica. Vargas derrocado, devuelto al poder y finalmente renunciante. Andueza Palacios depuesto por la revolución legalista al tratar de reformar la constitución para prolongar su mandato. Nunca más de dos años gobernaron los civiles Rojas Paul, Martin Tovar y Pedro Gual. Betancourt se convirtió en la excepción y gobernó durante tres años.
Una junta militar presidida por el propio ministro de la defensa Carlos Delgado Chalbault, y donde para decidir había una especie de triunvirato, asumió la jefatura del estado. Delgado había sido hombre de confianza del maestro Gallegos, pero la presión militar lo obligó a asumir la cabeza de la rebelión. Delgado Chalbault fue el primer magnicidio oficial en la historia del país. Fue secuestrado hasta una casa de la urbanización Las Mercedes, donde fue asesinado en medio de forcejeos, quedando gravemente herido su edecán Carlos Bacalao Lara. Luego de la renuncia de Suarez Flamerich, que quedo como presidente encargado, Pérez Jiménez asumió de manera definitiva la primera magistratura. La Constituyente espuria de 1952 lo ratificó como jefe del estado. De Estados Unidos de Venezuela pasamos a llamarnos Republica de Venezuela. Las elecciones de la constituyente de 1952 son memorables por la sorpresa que significó para el dictador. Su partido quedó en el tercer lugar y Unión Republicana Democrática y COPEI ocuparon los primeros lugares. Una asamblea plenipotenciaria y con mayoría para U.R.D. habría nombrado presidente a Jovito Villalba. Los adecos ilegalizados como partido habían votado mayoritariamente por el partido amarillo. El gobierno reunió a los urredistas con la excusa de conversar, los detuvo y los mando en un avión al exilio. Pérez Jiménez cambio los resultados y COPEI no se prestó para la farsa al prohibir a sus miembros electos la incorporación a la Constituyente. La dictadura de Pérez Jiménez no consintió ningún tipo de disidencia y montó una gran maquinaría de represión política. Con el pasar del tiempo los resquemores de la sociedad civil permearon las fuerzas armadas. La pastoral de Monseñor Arias Blanco hirió de muerte al gobierno. El presidente debía según la constitución convocar a elecciones para lograr su reelección y sin embargo ante el miedo de caer derrotado lo cambio por un referendo fraudulento para no tener contendores. El país se levantó en sus cuatro puntos cardinales y una huelga general indefinida fue el ultimátum popular para que entre gallos y media noche el dictador abandonara el país. A Pérez Jiménez lo habían advertido que cuello no retoña.
Derrocada la dictadura por el paro general, las protestas generalizadas y la rebelión militar, los principales líderes de los modernos partidos políticos Betancourt, Caldera y Villalba regresan del exilio. El pacto de Punto Fijo inicia una etapa que no tiene parangón en la historia nacional. Florece la republica civil. Por primera vez en nuestro país el poder pasa de las manos de un presidente a otro a través del sufragio universal. Por primera vez un civil sucede a otro de manera consecutiva y sin interrupciones en la primera magistratura. Cada cinco años el soberano se alista para elegir un nuevo presidente en medio de una abierta campaña electoral. A partir de 1989 también se eligen de manera directa los gobernadores y alcaldes, con lo cual se inicia un profundo proceso de descentralización.

Las grietas de los cuarenta años

Los primeros años de la República Civil fueron muy duros. Los intentos de golpes de Estados de los extremos, contra Betancourt y el atentado contra su vida, planeado por el tirano Trujillo desde Centroamérica, al ser derrotados, fortificaron al sistema democrático. La lucha guerrillera que azotó los primeros años impulsada por el éxito de Fidel Castro en Cuba fue decapitada cuando durante el primer gobierno de Rafael Caldera se logró la pacificación. Poco tiempo después los lideres con más ascendiente dentro del partido comunista, Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff, rompieron con la Unión Soviética y fundaron un partido social demócrata al que denominaron Movimiento al Socialismo (MAS).
Después de los primeros tres lustros y durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, los precios del petróleo se cuatriplicaron y la abundancia empezó a descomponer al país. Llegaba una afluencia impresionante de recursos que no eran producto del trabajo. El Estado además de nacionalizar la industria petrolera, era dueño y señor de la mayoría de las empresas de bienes y servicios que operaban en el país, con algunas excepciones.
En medio del deterioró que significó el manejo de tan basta cantidad de recursos, con un Estado que operaba en las más diversas áreas de la economía. Los principales partidos políticos dejaron de diferenciarse. Se volvieron pragmáticos, no alimentaron sus doctrinas, se desprendieron de muchas de las personalidades que les habían dado prestigio o no las renovaron, cerraron el paso a buena parte de las generaciones emergentes o se desentendieron de ellas y una razón crematística dominó en sus cuerpos antes que una vocación de servir al país. Unas cúpulas cerradas dominaron las organizaciones políticas, que fueron incapaces ni siquiera de establecer reglas claras para la escogencia de autoridades y candidatos, con contadas excepciones. Por lo demás, el modelo en el mundo que adoptaban los medios de comunicación social era el de un periodismo agresivo, que satanizaba todo lo que tuviera que ver con el tema político. Llegó incluso a ponerse de moda el tema de la antipolítica.
La corrupción de dirigentes políticos y de quienes ejercieron funciones de Estado a partir de 1959 fue factor decisivo en el deterioro del proceso que se inicio con tres presidentes y algún otro, a quienes en lo personal nunca se les pudo achacar el hacer uso de los recursos del patrimonio público. Ni de peculado, ni de enriquecimiento ilícito. Algunos de sus colaboradores abusaron de su confianza y otros aprovecharon los partidos para grandes negociados. Los escándalos sobre los malos manejos de los caudales públicos llenaron los medios de comunicación social. A través de la historia patria la constante ha sido el desfalco a las arcas del tesoro público.
El plato estuvo servido para que se produjera un cambio profundo en la vida del país. La sacudida que significó el alzamiento popular, con saqueos masivos, consecuencia de la frustración existente y de la subida de los precios del transporte, apenas se iniciaba el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez fue el preámbulo de lo sucedería. El 4 de febrero de 1992 nos sorprendió una gran sublevación militar, que paradójicamente contó con profundo apoyo popular desde el inicio. La experiencia de Pérez, junto a Betancourt en el trienio iniciado en 1945, como Ministro del Interior en el segundo gobierno del fundador de A.D. y como Presidente electo en par de oportunidades le dieron las herramientas para sofocar la rebelión. Meses más tarde tendría que retirarse de la Primera Magistratura porque los poderes públicos hicieron procedente el antejuicio de meritos, por una supuesta donación para la República de Nicaragua, que salió de la partida secreta. Lo sucedió para consumar el mandato Ramón J. Velásquez y el presidente Rafael Caldera en elección popular, quienes completaron la liberación que había iniciado el propio Pérez sobre quienes se habían levantado. La matriz de opinión era tremendamente favorable a la salida de los militares encarcelados. Incluso durante la elección de 1993 todos los candidatos aseguraron que al obtener la victoria otorgarían la libertad a quienes presos eran grandes mártires o victimas para la sociedad. La condición que se impuso a quienes todavía quedaban encarcelados era que dejaran el uniforme y nadie imagino que sin ninguna experiencia política pudieran derrotar electoralmente a quienes tenían su vida en el oficio. Sería interesante investigar a que grado podría haber llegado la presión militar para exigir la liberación de sus compañeros.
La llama de cambio encendida el 4 de febrero se mantuvo prendida y fue el caldo de cultivo para la victoria del presidente Chávez en 1998. Obtuvo una de las votaciones más altas de la historia democrática, sin un partido histórico, ni grandes estructuras u organización, que en ese momento lo acompañara. Lo ayudó su condición de exmilitar y el prestigio de unas fuerzas armadas con buena imagen frente al país, al haberse mantenido al margen del ejercicio del poder.

11 comentarios:

Carlos Lindarte dijo...

Importante el recuento que nos presenta el profesor sobre la “evolución” histórica de las constituciones y el contexto en las que éstas se fueron delineando y ejecutando. Es de notar aquí como las constituciones son consecuencia de todo un proceso político-social determinado, y como éstas son el resultado de unas circunstancias y unos momentos particulares dados; donde las distintas fuerzas políticas que han perfilado la dinámica nacional, pujan, se encuentran entre diversos aciertos y desaciertos, para establecer las reglas del juego que rigieron y han de regir los destinos de la nación.

El debate histórico es precisamente determinar si todos estos procesos político-sociales que han dado a la luz una nueva carta magna, se puedan tildar de una “evolución”, y remarco entre comillas esta palabra, porque diera la idea de que nuestra historia, las que en nuestras escuelas nos han enseñado, se ha desarrollado como una línea ascendente y continua hacia un máximo desarrollo social, por supuesto, si ningún retroceso posible. Pero los hechos demuestran otras tantas cosas, como por ejemplo, el debate intenso que se dio en nuestro convulsionado SXIX, sobre las ideas de Centralismo vs. Federalismo, el tipo de gobierno que más le convendría a la República, si monarquía, democracia o autocracia, y de como fueron adoptadas las medidas necesarias para ajustar las diferentes tendencias políticas en un solo cuadro que diera “paz” y prosperidad a una joven nación llamada Venezuela.

Queda, claro está, muchas otras cosas por comentar, sobre todo de los SXIX y XX, pero este recuento que ha hecho el profesor de nuestra historia patria es por demás de interesantísimo, imprescindible para conocer de donde venimos, cómo nos hemos constituido en nación, quienes somos, dónde estamos y a dónde vamos.

E.E.I.
Sección 13
Carlos Augusto Lindarte

Daygleni Castillo dijo...

A lo largo de la historia de nuestro País hemos sido vastos testigos de los atropellos, abusos de poder, tiranías, dictaduras, masacres y demás episodios violentos que se han registrado, cobrando en muchos casos con sangre, la cuota necesaria para la obtención del codiciado Poder.
Sin embargo, hay que destacar también, las épocas de los pocos o muchos progresos que lograron darse en tiempos, por ejemplo, de Antonio Guzmán Blanco con sus modelos imitados de Europa en cuanto al tema ferroviario, embellecimiento de nuestra ciudad con monumentos arquitectónicos y esculturales, con el Decreto de Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria cuya importancia radica en que impulsó enormemente la educación en el país y gracias a él han podido educarse generaciones tras generaciones carentes de recursos.
Un factor de suprema importancia para comprender la historia de Venezuela es la política, entendiéndose esta como el ejercicio del Poder por parte de un o unos cuantos individuos, con la finalidad de tomar decisiones.
Observando someramente la historia del País, se puede deducir que gran parte de los gobernantes de Venezuela han sido militares o han estado ligados a este oficio, quizás porque el pueblo Venezolano asocia la idea de la milicia con orden, disciplina y rectitud, aún sabiendo que la historia ha demostrado que los militares tienden a ser autoritarios, totalitarios y personalistas por naturaleza y/o quizás por su misma formación académica.
De los civiles que se conoce han subido a la palestra como representantes del pueblo, se puede apreciar que las generaciones del principio se preocuparon un poco más en la problemática social, política y económica del país, cambiando medidas dictatoriales por derechos al sufragio, garantías constitucionales para los ciudadanos, entre otros; mientras que sus sucesores se preocuparon por llenarse los bolsillos a espaldas del pueblo que les brindó su apoyo, y sembrar en nuestro país, nuestros partidos políticos y máximos representantes, el gusano de la corrupción, mal que aún azota con dureza a nuestra tierra.
Capítulos como el Pacto de Punto Fijo suscrito por los tres principales partidos políticos de la época dio paso a los extensos años de dominio de los partidos Acción Democrática y COPEI donde lejos de convertirse en una verdadera democracia pluralista se convirtió en una hegemonía donde el poder residía por unos años (pactados) en AD y otros en COPEI relegando al URD (el tercero firmante) a mantenerse en la periferia del poder.
Si bien es cierto que han existido muchos avances en cuanto a política se refiere, desde los tiempos de la independencia hasta nuestros días; también es cierto que ha habido muchas regresiones ocasionadas por factores personales basados en la perpetuación del poder, la usurpación y la tiranía, valiéndose en muchos casos de las reformas a la Constitución para convertirlos en actos “legales” que prohíban su deposición.

Autoría Personal.
Castillo Daygleni
CI. 18111486
Sección 13

nelson dijo...

A lo Largo de la Historia Republicana de la Patria, el pueblo venezolano ha luchado contra los regimenes dictatoriales que han violado de manera flagrante los derechos civiles que garantizan nuestra ciudadania.

Venezuela su pueblo y su cultura ha tenido muy poca memoria politica e historica acerca de estos acontecimiento lo que hacen que repitamos continuamente los mismos errores. Porque quien no aprende de la Historia se ve Obligado a repetirla.

Venezuela no ha salido del caudillismo y aunque el mundo se ha globalizado y democratizado. Venezuela sigue bajo el mando autocratico y atrasado de aquellos que pretenden Perpetuarse en el poder.Porque "Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente. Simón Bolívar. NADA mas sabio que las palabras de nuestro libertador, dejar permanecer a un ciudadano por tiempo ilimitado en el poder origina tirania y opresion, esclavitud civil y perdida de las libertades constitucionales.

Pero la Juventud Venezolana fiel al cambio y a la innovacion en el sistema democratico y del estado siempre se ha rebelado contra las pretensiones autoritarias y dictatoriales porque en nuestras venas corre la sangre de la libertad heredada de nuestros proceres que lucharon por la Independencia y la Autodeterminacion..es por esto que la Juventud desde el 28 pasando historicamente por el 23 de enero y llegando hasta el 28 de mayo del año pasado no nos REFORMAMOS NOS REBELAMOS!!!! Todos los Pueblos del Mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos. QUE VIVA LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA!

jenn dijo...

"La Constitución de 1961 y la de 1947 han sido las Cartas Fundamentales más progresistas de las que se puedan tener como novedosas en la historia constitucional de Venezuela, y pese a que la de 1947 fue suplantada por una dictatorial en 1953, hija de un acto de fuerza militar y como el colofón de una Asamblea Constituyente mediatizada, con objetivo preconcebidos y antihistórica, su naturaleza democrática fue notoria, frente a la espuria e inauténtica de 1953. Que la del 1961 haya regido por más de 38 años es signo inequívoco e irrefutable de que fue un producto de un consenso político, respondió al sentimiento popular y se blindó contra cualquier acto de fuerza que negase su vigencia, ya que la Constitución de más existencia en Venezuela, había sido la de 1830 con una duración de 18 años.
Se dijo para 1999, que ambas constituciones consagraron con descaro el monopolio partidista, pero callaron adrede o no que los partidos después de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, fueron los únicos medios de expresión de la voluntad popular, entre otras causas por las teorías representativas que se consagraron, pero además, porque dichas organizaciones se vieron fortalecidas, por medio del sufragio democrático, que encarna la vía más justa de expresión de un pueblo. Los avances más significativos, aunque lentos, muy bien madurados y cónsonos con las realidades de la época, apenas eran los balbuceos de una sólida democracia. Y si bien es criticable la de 1947 de no ser suficientemente participativa, por la oposición de un partido de extracción popular con mayoría aplastante en la Asamblea Constituyente, se desconoció uno de los más caros deseos del pueblo venezolano, como era la elección popular de los Gobernadores de Estado."

ARISMENDI, Alfredo, Derecho Constitucional, Tomo 1, Año 2004, p.337.



Jennifer Caggiano Carbone.
C.I.:18.830.378
EEI, UCV.
Sección 13.

Gretchen Ugas dijo...

Venezuela ha sufrido una serie de cambios y transformaciones desde su descubrimiento hasta nuestros días. En cada una de estos períodos muchos movimientos se han gestado, conquista, colonización, independencia, dictadura, democracia, conflictos bélicos y tratados de paz se han firmado, son sólo algunas de las etapas de la historia de Venezuela. En todas estas etapas por las que ha pasado Venezuela se ve la importancia y lo esencial que es tener una constitución ya que uno de los hechos mas significativos de la historia del país fue cuando por primera vez el poder pasa de las manos de un presidente a otro a través del sufragio universal que encarna la vía más justa de expresión de un pueblo.


Gretchen Ugas
19.586.141
Seccion 13, EEI Ucv

Shedymar Franciscony dijo...

La guerra y la política fueron dos fenómenos que estuvieron íntimamente ligados durante todo el siglo XIX venezolano. En otras palabras, era en el campo de la guerra donde finalmente se resolvían las diferencias y contradicciones que el sistema político decimonónico " Anticuado, falto de vigencia" no podía resolver al carecer de subsistemas políticos lo suficientemente especializados tales como los partidos políticos, grupos de presión y los medios de comunicación, los cuales funcionaran como mecanismos de canalización de las demandas de la sociedad sobre el sistema político. Asimismo, el estallido de incontables movimientos armados era la expresión de la debilidad estructural de un Estado que no podía establecer un marco legal estable, que no tenía el control de la violencia al adolecer de un ejército nacional, y que ante la ausencia de vías comunicación estaba desconectado del resto del país. En tal sentido, aunque formalmente existía un poder central constituido el mismo tenía que hacer concesiones al poder regional de los caudillos, lo que derivaba en una paz que dependía del voluntarismo político de los caudillos.
En este panorama político altamente inestable los procesos electorales se convirtieron en fenómenos a partir de los cuales se produjeron diversos movimientos impugnadores del sistema político. Es decir, la derrota o el fraude electoral fue la excusa para que los caudillos se alzaran en contra del poder establecido.
Hay años que son claves en la historia de Venezuela. El primero de los cuales podría ser 1810, cuando se inicia un proceso que se salió de las manos de sus primeros protagonistas y tuvo consecuencias insospechadas, y no buscadas, para las elites de poder en el país.
La segunda fecha puede ser 1830, cuando, tras una cantidad de encuentros y desencuentros se disuelve Colombia, aparece Venezuela y muere Bolívar. El año de 1858 es, igualmente, clave en nuestro desarrollo, se vuelve a encender la mecha social de nuestras guerras civiles. Luego de un fraude electoral, 1898 representa el derrumbe definitivo del Gran Partido Liberal Amarillo y de toda la generación que creció bajo su sombra.
Cuatro décadas después la lucha urbana y popular definiría, en 1936 (otro de los años claves), la agenda popular, ideológica y partidista de la Venezuela Contemporánea. De idéntica manera el año de 1945 es definitivo en nuestro devenir, como ya hemos intentado presentar en un artículo anterior, una sucesión presidencial frustrada y un afán de reformas profundas sumado a una buena cucharada de ambiciones llevarán, por medio de un Golpe de Estado, a unos jóvenes "no invitados" a la mesa del poder.
Pero hay un año que es particularmente clave para entender la contemporaneidad criolla venezolana, 1958 se inicia con un intento de golpe de Estado contra el régimen de Marcos Pérez Jiménez y termina con la elección de Rómulo Betancourt como Presidente de la República. La complejidad y juego de poderes y tendencias que durante ese año se ponen en juego y su resolución determinará el destino de la democracia representativa durante los próximos cuarenta años.
Por un lado, el derrumbe de Marcos Pérez Jiménez, al contrario de lo que generalmente se piensa, no derivó inmediatamente en un régimen civil democrático y en un repliegue de las Fuerzas Armadas de la política. Por el otro, no todas las tendencias que derriban a Pérez Jiménez querían instaurar un régimen representativo democrático.
El conflicto esencial que determina las alianzas y las tensiones del año 1958 se generó entre los militares y los civiles. Aquellos que finalmente derriban a Pérez Jiménez son militares, algunos de los cuales seguían prefiriendo un gobierno de las Fuerzas Armadas al “desorden” democrático del trienio 1945-1948.

El regreso de los distintos líderes de los Partidos Políticos, Rafael Caldera (COPEI), Jóvito Villalba (URD), Rómulo Betancourt (AD), Gustavo Machado (PCV) los coloca en una situación distinta a la que se habían enfrentado la década anterior. De idéntica manera, los jóvenes que coordinaron la Resistencia contra la dictadura perezjimenista, pronto tendrían su conflicto con la Vieja Guardia. Pero los conflictos generacionales tendrían que esperar; la resolución de una tensión más peligrosa y más urgente tenía que ser certera y medida; el tránsito a la democracia no estaba asegurado.
El año de 1958 se caracterizó por diversos intentos de Golpes de Estado contra la Junta de Gobierno, una gran cantidad de tensiones llevaron a cambiar la primera Junta a pocas horas de su instalación. La incorporación de dos elementos demasiado cercanos a Pérez Jiménez, calificados de esbirros, fue rechazada por la Junta Patriótica y por aquellos que acompañaban a Hugo Trejo. Los dos personajes fueron excluidos de la Junta y se incorpora a Eugenio Mendoza, empresario, en la misma. El Ministro de la Defensa, Jesús María Castro León se alza en el Cuartel San Carlos, el pueblo en la calle, manifestaciones a favor de la democracia, evita que se consuma el retroceso. Diversos Golpes de Estado llevan a dudar de la estabilidad del Gobierno, los líderes políticos intentan moderar y calmar los ánimos de la población. Ciertos miembros de las elites militares pretenden pescar en río revuelto y alzarse con el poder. Hugo Trejo, prácticamente, es expulsado del país.
Es en este contexto que se firma el Pacto de Punto Fijo. El nombre de los firmantes es importante para entender el proceso que los transformó: por Acción Democrática firmaron Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios. Por Unión Republicana Democrática: Jóvito Villalba, Ignacio Luís Arcaya, y Manuel López Rivas. Por el Partido Social Cristiano COPEI, Rafael Caldera, Pedro del Corral y Lorenzo Fernández.
Rómulo había cambiado mucho desde que, entre 1945 y 1948, había dirigido la Junta Revolucionaria de Gobierno, ya no era más ese joven político radical de izquierda que hizo temblar a las elites conservadoras del país. Betancourt vuelve moderado, sus palabras son reveladoras: "nunca más el canibalismo político en este país". El principal líder de Acción Democrática no quería cometer los errores que habían acabado con la Revolución de Octubre. Durante todo el año de 1958 Rómulo buscó limar asperezas con los dos grupos que más fuertemente lo adversaban: los empresarios y los militares. Se dedicó además a consolidar su poder dentro de un partido que se le había ido de las manos, los jóvenes de Acción Democrática, demasiado cercanos a los comunistas para el gusto de Betancourt, fueron aislados dentro de la organización. Rómulo era uno de los primeros interesados en estabilizar el régimen democrático. Betancourt dialogaba. Betancourt ya no era el mismo.
La oposición más reaccionaria que tuvieron los adecos durante el trienio octubrista estaba liderada por Rafael Caldera y por COPEI. Caldera mezclaba dentro de su organización los elementos más conservadores de la sociedad venezolana: lopecistas, antiguos seguidores de la Falange de Primo de Rivera, y lo más rancio del clero. COPEI durante el trienio era el partido conservador por excelencia. Llevaron a cabo una campaña implacable contra el régimen adeco colaborando sustancialmente con el clima de inestabilidad política que llevó al 24 de noviembre de 1948. Una década después Caldera había cambiado. La experiencia de la dictadura militar, de las elecciones de 1952, del Plebiscito de 1957, del exilio, eran demasiado fuertes. Caldera estaba moderado, dialogaba. Caldera ya no era el mismo.
Por medio del Pacto los líderes de los partidos políticos se comprometían a:
* Defender la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral.
* Que el partido que triunfara en las elecciones de diciembre conformara un Gobierno de Unidad Nacional, con presencia de todos los partidos firmantes en el gabinete y un diálogo permanente con los dirigentes.
* Un Programa Mínimo Común, que las tres organizaciones se comprometían a respetar en caso de alcanzar la presidencia.
Hubo un gran ausente dentro del Pacto de Punto Fijo. El Partido Comunista de Venezuela fue excluido del acuerdo por diversas razones: la dinámica de la Guerra Fría, el rechazo por parte de la Iglesia y de COPEI, y una especial animadversión de Betancourt contra el Partido Comunista de Venezuela.

El Pacto de Punto Fijo se rompió en abril 1960 cuando las distintas posiciones de los partidos frente al problema cubano llevaron a la salida de Ignacio Arcaya del gabinete y de URD de la coalición de Gobierno. Pero la cultura de diálogo político entre las elites de los partidos principales y de consenso se mantuvo hasta 1999.

En 1958 el pueblo estaba en la calle apoyando a sus líderes políticos. La democracia naciente daba sus primeros e inseguros pasos. En esa medida el Pacto de Punto Fijo fue positivo, necesario y hasta imprescindible para estabilizar un joven esquema democrático. La cultura del diálogo y del consenso que privó para la redacción y firma del tratado determinó un estilo particular que tendrían las relaciones en el seno de las elites políticas venezolanas. Salvo la exclusión de los comunistas y, posteriormente, de los distintos grupos guerrilleros (durante la primera década del régimen democrático), la cultura del diálogo y el consenso privó por encima del conflicto y de la intolerancia (que existieron) durante las cuatro décadas de régimen puntofijista.
"La historia política de Venezuela tiene diversos escenarios, los cuales evolucionaron y se crearon nuevos patrones de la democracia social, que permiten la participación del pueblo”

Shedymar Franciscony
E.E.I;UCV
Sección 13

Biblioteca electrónica. Caracas, Venezuela

Carlos Lindarte dijo...
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Carlos Lindarte dijo...

Me guitaría, con todo respeto, aclarar un punto sobre el comentario que ha hecho la compañera Daygleni referido al período Guzmancista. La parte en que dice: "...el Decreto de Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria cuya importancia radica en que impulsó enormemente la educación en el país y gracias a él han podido educarse generaciones tras generaciones carentes de recursos." No puede entenderse sin saber que éste fue pensado para cambiar la estructura de la instrucción primaria o de primeras letras como se le llamaba, y estaba dirigido específicamente a las llamadas escuela unitarias (por tener un sólo maestro para todas las asignaturas), además, este decreto intentaba organizar la escuela para secularizarla y expandirla; para ello, el gobierno envió en 1874 a los maestros Mariano Blanco y Julio Castro a estudiar Pedagogía en EEUU y a los 2 años trajeron un texto titulado: "Métodos de enseñanza" con la idea de crear un incipiente sistema educativo y mejorar las condiciones académicas e intelectuales del magisterio. El cambio de estructura que se pretendió con aquel decreto, por diversas circunstancias, no hizo más que multiplicar y expandir la escuela unitaria que teníamos, y excluyó del sistema educativo a quienes no tenían la posibilidad, sobre todo en el interior del país, de acceder y de enviar a los más jóvenes a la escuela. Pero no será hasta los intentos de Gil Fortoul en 1912 y los de Guevara Rojas en 1927, cuando tengamos una escuela graduada y diferenciada con unos programas de estudios medianamente estructurados, tal como los conocemos hoy. También, y para finalizar, hay que tener claro que los términos Instrucción y Educación durante el SXIX se empleaban para denotar conceptos diferentes más no excluyentes; la Instrucción se entendía como los conocimientos necesarios para que las personas pudieran a lo menos, saber leer y escribir, y enfrentarse a un mundo donde la razón y la conciencia eran el referente para poder sobrevivir; por otro lado, el término Educación se entendía como el conjunto de cosas y saberes que las personas tenían que saber para vivir en sociedad, las buenas costumbres y los modales era lo que “todos” debían aprender para poder ser ciudadanos y convivir en armonía, es así como en aquel entonces el famoso manual de Carreño tomó tanta importancia, ya que éste si era un verdadero manual de Educación.

Saludos Cordiales
Carlos Lindarte.

Anónimo dijo...

Es de suma importancia adquirir un profundo conocimiento de nuestra historia, solo así nos será posible comprender el contexto venezolano actual. La transición que vivió nuestro país pasando de gobiernos dictatoriales a gobiernos democráticos, por demás débiles y guiados por líderes ambiciosos de perpetuarse en el poder, quienes a través de la dominación trataron de sembrar en el pueblo de Venezuela un marcado desarraigo, con la cruda intención de que la nación se presentara, en el corazón de la gente, como algo lejano y ajeno, como algo que no nos pertenecía, lo que fue dejando a la población en un estado de orfandad que facilitó la explotación a la que se sometió a la gente por parte de la oligarquía; lo cual más allá de fomentar un desarrollo a medias; contribuyó positiva o negativamente (a criterio personal) a forjar en la población venezolana un grado de identidad con lo que le es propio, formándose una nueva visión de ciudadano, de democracia, de nación, de participación. Tales nociones han generado estados de conciencia en la población venezolana que han determinado la conquista de una verdadera democracia protagónica en la que los ciudadanos y las ciudadanas han salido a la calle a construir dignamente su propio sueño de país libre y soberano.
El nuevo Estado que se ha configurado de manera progresiva, si se quiere, por medio de una revisión y transformación de sus estructuras fundamentales, tanto en el ámbito económico como en lo político, social, educativo y cultural, buscan la suprema felicidad social para dejar atrás los tiempos del miedo en que AD y COPEI deshonraban al pueblo, el cual sentía que las leyes no lo expresaban, y tampoco, por supuesto, reflejaban en modo alguno sus esperanzas, porque todo el cuerpo de leyes de la República no identificaba el sentir del pueblo sino a las élites y a los fuertes sectores que diseñaban los poderes de la república para su conveniencia y permanencia en el mando, estando al servicio exclusivo de los intereses de los partidos políticos, en donde el dinero y la corrupción bañó o “sigue bañando” la dinámica de la actividad pública venezolana.

María Ysabel Dávila
C.I. 17.722.250.
Sección 13

Daniel Somaroo dijo...

Ciertamente muy ilustrativa la sintesis que presenta el profesor Arnal sobre la historia de desventuras de nuestra Venezuela contemporanea la cual debe ser leida y re-leida por todos hasta internalizar en la conciencia colectiva los aciertos y desaciertos del camino recorrido. Y ello con el fin de no repetir los errores y retomar los aciertos que tambien los hubo. De lo que se trata es de no condenarnos a repetir el transito por el camino de las dictaduras y consolidar un sistema de gobierno que efectivamente atienda las verdaderas necesidades del pueblo. Deslastrarnos de la vision mesianica que como pueblo hemos tenido y ocuparnos decididamente a la participacion activa en la vida politica del pais en procura de construir un modelo de democracia real basada en la opinion de la mayoria y para beneficio de todos. Eso no podra ser posible si no entendemos que el pais es la suma de las voluntades de todos y cada uno de sus individuos y que el exito o el fracaso de Venezuela tambien lo es de sus habitantes. Afortunadamente vemos como en tiempos recientes la participacion activa en politica de los ciudadanos, sin necesidad de ser militantes, augura una nueva posibilidad a partir de la conciencia de que debemos formar parte de la solucion y no del problema. Pero tambien hay que hacer una reflexion profunda y critica de lo que la historia nos recuerda a gritos y de la realidad del pais de hoy. La Veneuela de hoy, con miras a un futuro mejor, requiere del consenso de todas sus partes enfocando sus esfuerzos hacia el mismo objetivo comun de prosperidad, bienestar, desarrollo, en fin la mayor suma de felicidad posible. Es posible? Suena utopico? Dependera de cada uno de nosotros.

Daniel Somaroo
E.E.I UCV
seccion 13

Wuilder Solano dijo...

De gran importancia la sintesis presentada por el catedrista, es cierto que durante el siglo XIX el pais vivio una gran conmocion politico social, el atrasadò urbanismo de la sociedad venezolana y el dificil acceso a las poblaciones rurales, daban la facilidad a los caudillos y jefes de localidades rurales la posibilidad de poder alzarce en armas en contra de los jefes de estado, ya que las vias de comunicacion eran escasas y rurales esto dificultaba el ejercicio de la ley, el hecho es que los presidentes o dictadores de la republica terminaban corrompidos por el poder y mediante la modificacion de las constituciones podian permanecer largo tiempo en el ejercicio del mismo, por ello las revoluciones y alzamientos militares fueron constantes durante este siglo, entonces he aki la aplicacion del derecho en la historia de la patria, las nuevas constituciones aplicadas por cada nuevo presidente se ve como un nuevo comienzo para la democracia de la patria pero luego los mandatarios en el poder se ven corrompidos y se ven forzados a reformar o cambiar parcialmente la constitucion, manteniendose en el poder y ejerciendo dictaduras que luego se veria derrocadas por nuevos caudillos.
Aun hoy en dia en venezuela podemos observar como la reforma parcial o total de una constitucion puede mantener en el poder a un civil o aun militar, hechos concretos le negacion del pueblo soberano ante la propuesta de una reforma que contrariaba todos los principios de alternatividad y pluralidad, pero tambien tenemos la aplicacion del decreto con fuerza de ley por parte del ejecutivo nacional de 26 nuevas leyes que ya habian sido rechazadas por el soberano, he aqui el mas claro ejemplo del el intento de continuismo al que los caudillos estaban acostumbrados en el siglo XIX.
Wuilder Solano
c.i 18440549
seccion 13